Susana Batista es una maestra jubilada, mayor de 60 años, que vive en el barrio sur desde que nació. Uno de sus vecinos, un hombre de 46 años, tiene psicosis paranoica y constantemente los insulta, amenaza, realiza señas obscenas no solo a su familia sino también a otra gente. Susana comentó: “Soy una señora grande. Mi hijo tiene un bebé de dos años y medio, está atemorizado totalmente. Vivimos tras las rejas. Mi miedo es que él no haga nada, es que cualquiera de nosotros respondamos a eso y terminemos mal nosotros. Yo entiendo que es una persona enferma y lo siento tantísimo por sus padres porque es desesperante, pero algo hay que hacer. Por el bien de él y de los demás”. Batista, junto a su familia, presentaron un escrito, a través de un familiar que es abogado, expresando que los vecinos fueron agredidos. Lograron que el jueves el joven tenga una consulta psiquiátrica. Agregó: “La solución tiene que ser ahora, no cuando pase algo peor”. Además, hace dos semanas, el domingo fue a hacer una denuncia porque lo amenazó de muerte. Mientras estaban en la comisaría, llegó el hermano golpeado porque previamente entró un señor a comprar al negocio que tiene la familia del joven y este lo agredió, entonces el hermano salió a defender al cliente.