Sociedad.

Junín de Los Andes

Lucrecia Agusti: Sobre la discapacidad “es mucho más lo que podemos recibir que dar”

La terapista ocupacional Lucrecia Agusti explicó lo importante que es el acompañamiento de los pacientes en este momento de cuarentena, por ello tienen las sesiones por videollamada. Mostrando una gran pasión por su profesión, los ayuda a tener independencia de acuerdo a sus motivaciones e intereses.

21-04-2020

Lucrecia Agusti es una licenciada en Terapia Ocupacional que vive en Junín de Los Andes, donde ejerce su profesión, como también en San Martín de Los Andes, trabajando con pacientes de distintas edades y casos. Lo realiza junto a un equipo interdisciplinario. Sobre el terapista ocupacional Un terapista ocupacional apoya a ser independientes y autónomas a las personas que tienen alguna discapacidad, ya que tienen dificultad para actividades cotidianas tales como bañarse, lavarse las manos, comer; también las más complicadas como hacer compras, usar el transporte público o buscar un trabajo. Asisten las impresiones finas del cuerpo y la rehabilitación de los miembros superiores. “Las manos son fundamentales porque nos ayudan a ser independientes y a hacer el trabajo de todos los días”. Durante la cuarentena Ahora por la cuarentena, se relacionan con los pacientes a través de videollamadas; estas dependen de la disponibilidad con la que cuenta la persona y sus padres, si así lo requiere. “En el caso de los niños hay muchos que no quieren hacer las sesiones virtualmente. El tiempo que se esté depende de cada caso. Los niños se dispersan entonces la idea es estar en contacto con la familia la mayor cantidad de tiempo posible y se mandan una serie de actividades para saber cómo es el progreso”. Además les dan juegos para que haya dinámica con los padres para tener encuentros y beneficiar la unión familiar. Lucrecia está continuamente pendiente de cada situación. “Es muy lindo cómo ellos ven el mundo, son chicos que se vuelven muy curiosos y les gusta investigar”. Incluso el lenguaje verbal es fundamental. “Se percibe la evolución aunque cada niño es diferente y tiene sus tiempos. No se pueden poner los mismos objetivos para cada persona porque uno tiene sus motivaciones e intereses”. No solo interviene el equipo interdisciplinario, sino también docentes de la escuela a la que el paciente asiste o de otros lugares para que estén integrados en distintas actividades. Por ejemplo, la escuela de música o de educación física. La licenciada asimismo ejerce en una escuela. “Siempre hace falta terapistas ocupacionales y por suerte podemos tener el nexo de trabajar entre colegas y con docentes de apoyo a la institución donde se insertan los alumnos. La única manera de acompañar a una persona y a su familia es trabajar en red”. Desde un lado personal, expresó que la pandemia hace que anhelemos las pequeñas cosas. “Muchos extrañamos estar en contacto con esta familia, el abrazo y tomar mates con otros. Esto nos va a ayudar porque estamos valorando acciones”. En su hogar tiene un vivero e invernadero para estar conectada con la tierra y tener buena energía. Vive junto a su pareja Ricardo, un kinesiólogo con el que a veces trabajan juntos. Lucrecia concluyó: “Si no tuvieron la posibilidad de tener contacto con alguna persona con discapacidad, hagan la experiencia porque es mucho más lo que podemos recibir que dar”.

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