Cuando su hija y nieta van a visitarla le avisan y ella deja la puerta sin llave para que entren directamente. Tenía prohibido abrirle a cualquier persona. Ayer a las 17 hs en Pasaje Bonetto entre Beiro y Tucumán, la mujer atendió pensando que eran sus familiares, vio a un chico que vendía bolsitas de residuos a quien le compra siempre. Al no tener el dinero en la mano, le pidió que la espere un momento hasta que lo vaya a buscar. El ladrón observó el celular sobre el sillón al costado de la puerta y lo agarró. La abuela le pagó, él le entregó la mercadería y justo llegó su hija. Lo revisaron y su nieta expresó: "Nunca pensamos que pudo haberlo robado, jamás juzgamos a nadie o pensamos mal. Cuando llamaron daba apagado. Decidimos hacer una denuncia pública por redes sociales. Nos importa que abusaron de la confianza de mi abuela. Seguramente le pasa a mucha gente grande, por eso hay que tener mucho cuidado".