La empresa comenzó en septiembre del 2000 junto a Marcelo, su hermano Pedro y Rafael Castrillo. Atravesó años complejos que los pusieron a prueba en la capacidad de gestionar y en la resilencia. Rappachiani habló de la principales fortalezas del negocio familiar: "La empresa tiene un componente que es fundamental y trascendental, que es las personas que te acompañan. Emprender, realizarse, formar una familia, ser padre, ser esposo, es un esfuerzo lindo que vale la pena", Además se refirió al pilar para levantar el emprendimiento: "Sin valores no hay forma para mi de construir una gran empresa. Soy de hablar mucho con la gente que me acompaña de manera externa. Tengo en mi cabeza y corazón en formar y dejarle a mis hijos, si es que deciden continuarlos, dejar una gran empresa". "Agradezco el apoyo incondicional de mi esposa e hijos. Estamos donde estamos porque hay un grupo de 40 personas que están con algunos grises, más menos, siempre pensando en hacer las cosas un poco mejor", concluyó Marcelo Rappachiani.