Ombú 
Phytolacca dioica ¡ La hierba que parece un árbol! 

El género Phytolacca tiene 25 especies que pertenecen a la familia Phytolaccaceae y se distribuyen en las regiones tropicales y zonas templadas cálidas del mundo. La especie Phytolacca dioica fue descrita en 1762 por el ilustre botánico Sueco, Linnaeus (Carl von Linné) conocido como el padre de la taxonomía moderna. El nombre genérico Phytolacca se deriva de la palabra griega: phyton, que significa "planta", y la palabra latína lacca = "un rojo tinte". El nombre específico dioica se refiere a la separación de las flores masculinas y las flores femeninas en diferentes individuos. 

El ombú o bellasombra, oriundo del noreste de Argentina, es una especie muy curiosa, pues aunque tiene forma arborescente, incluyendo un tronco grueso que alcanza una altura de 20 metros, con una amplia copa de hasta 15 metros y grandes raíces visibles, es una hierba gigante. 

¿Por qué este gigante es una hierba? Esto se debe a que el ombú no produce madera. Los tejidos debajo de la corteza son muy suaves, carece de anillos de crecimiento y contienen grandes cantidades de agua, lo que le permite sobrevivir en el entorno de escasas lluvias de la pampa seca de Argentina. Por su madera esponjosa y blanda el ombú no sirve para hacer leña ni para trabajos de carpintería. Crece rápidamente, y gracias a su savia tóxica es inmune a muchos de los insectos que depredan las hojas de la flora pampeana. Su nombre proviene de la palabra "umbú", que en idioma guaraní significa sombra o bulto oscuro. 

Su amplia copa servía de sombra a los viajeros y arrieros durante las horas de sol más intenso, ganándole el apodo de “amigo del gaucho” y su respeto. 

Los frutos y raíces son utilizados para la extracción de tintes. Prefiere los climas suaves y cálidos. No tolera los fríos intensos, las ramas jóvenes se congelan a 0ºC. 

Crece mejor en suelos húmedos, resiste la salinidad de los climas marinos y tiene un buen comportamiento cerca del mar. 

No requiere poda más que para suprimir la vegetación próxima al suelo y aguanta bien los trasplantes. Se reproduce por semillas que conservan su viabilidad al menos por un año. 

Crece y vive libre de plagas y enfermedades. 

Por su gran porte no se deben plantar ombúes a menos de 5 metros de construcciones, cimientos ni sobre pavimentos porque levantaría las losas con los años. 

Fuente: Inecol MX