Cómo impacta el fin del cepo cambiario en la industria del hierro
Fabián Passini analiza :“Hoy no faltan materiales, lo que escasea son pesos”. Las empresas priorizan “vender rápido, cobrar rápido y seguir operando"

Fabian Pasini
El levantamiento del cepo cambiario ha marcado un punto de inflexión en la economía argentina, con implicancias profundas para los sectores productivos. Entre ellos, la industria siderúrgica comienza a reacomodarse frente a un panorama más abierto, pero también más inestable. En este contexto, Fabián Pasini, representante de Juan Navarro S.A., compartió su visión sobre cómo esta medida está impactando en la comercialización del hierro y qué estrategias adoptan las empresas para adaptarse.
Volatilidad: el precio del cambio
Desde la eliminación del cepo, el mercado del hierro ha atravesado una fuerte inestabilidad. En lugar de una reacción lineal, los precios han oscilado constantemente en pocos días, sin llegar a asentarse. Para el sector, esta dinámica genera incertidumbre, especialmente porque aún no se han establecido referencias claras a nivel nacional.
Esta volatilidad responde a múltiples factores: la necesidad de readecuar los valores a estándares internacionales, la presión de la competencia extranjera —particularmente de Brasil— y la falta de parámetros estables que orienten la formación de precios. A pesar de los movimientos, los valores actuales no difieren mucho de los previos al levantamiento del cepo, lo que refuerza la sensación de que el mercado está en una etapa de “prueba y error”.
Menos stock, más rotación: la nueva lógica comercial
En tiempos de estabilidad, acumular stock podía ser una estrategia razonable ante posibles aumentos de precios o escasez. Sin embargo, el nuevo escenario obliga a pensar distinto. Para Pasini, la prioridad actual no es almacenar productos, sino hacerlos circular lo más rápido posible.
Este enfoque responde a una realidad concreta:
"Hoy no faltan materiales, lo que escasea es el dinero en pesos. Los compromisos como alquileres, impuestos y sueldos se pagan en moneda local, y en un contexto donde la liquidez es limitada, las empresas priorizan generar flujo de caja. Es decir, vender rápido, cobrar rápido y seguir operando".
La idea de "retener stock" pierde sentido en este marco. No solo por el riesgo de desvalorización, sino porque inmoviliza capital que podría utilizarse en otras áreas más urgentes o rentables del negocio.
Cautela e incertidumbre en la toma de decisiones
Pese a que el mercado cuenta con disponibilidad de hierro y materiales, eso no se traduce automáticamente en dinamismo comercial. De hecho, uno de los mayores desafíos actuales es la parálisis en la toma de decisiones por parte de clientes e inversores.
Aunque hay consultas, pedidos de presupuestos y reuniones, las operaciones efectivas se demoran. El motivo principal es la falta de previsibilidad. En este entorno, las empresas prefieren esperar a que se estabilicen los precios antes de comprometerse con inversiones importantes.
Este fenómeno genera una especie de círculo vicioso: sin estabilidad no hay decisiones, y sin decisiones se ralentiza la recuperación del sector. El desafío es romper con esa inercia, lo cual requiere señales claras desde lo económico y financiero.
Cambiar el chip empresarial: una nueva forma de pensar
El fin del cepo no solo implica un cambio en las reglas del juego, sino también en la mentalidad de quienes hacen negocios. Pasini fue enfático en este punto: las empresas necesitan repensar sus modelos de gestión.
Esto no solo significa adaptarse a los nuevos precios o modos de compra, sino también enfrentar temas estructurales como el acceso al crédito. Hoy, los préstamos son escasos, caros o directamente inaccesibles, lo cual complica cualquier intento de expansión o mejora en la capacidad productiva.
Las condiciones crediticias, entonces, se convierten en un factor central. Mientras no se reactive esa palanca financiera, la economía real continuará operando a media máquina, a pesar de la apertura formal que implica el fin del cepo.
¿Qué se espera en el corto plazo?
A pesar de la incertidumbre actual, el horizonte no es del todo pesimista. Si el mercado logra estabilizarse, y si aparecen líneas de crédito accesibles, el comercio podría reactivarse rápidamente. La expectativa es que, con reglas más claras y herramientas financieras adecuadas, se disparen las inversiones, las promociones comerciales y el movimiento general del sector.
En definitiva, el levantamiento del cepo abre oportunidades, pero también obliga a una etapa de adaptación. Las empresas que logren moverse con agilidad, cautela y visión a largo plazo estarán mejor posicionadas para aprovechar este nuevo ciclo económico.