Sociedad.

Bell Ville

Tras siete años se cumple el sueño de Ricardo Fort en el "Merendero" de Bell Ville

Ricardo Fort tenía un sueño, que el Merendero Teresa Lazo tuviera su propia sede. Y 7 años después se va a lograr

17-05-2018

Durante el Bailando del 2010 el merendero era uno de los sueños del Bailando. Le pertenecía a la Mole Moli y se armó toda una pelea mediática con algunos dichos sobre el no cumplimiento de la producción sobre el sueño a cumplir. El merendero queda en la ciudad cordobesa de Bell Ville. Ricardo viajó por su cuenta a vistiar a Teresa. Le entregó una importante suma de dinero, alimento y útiles escolares. Llegó acompañado de Claudia Ciardone y todo su equipo de prensa y guardaespaldas. Tuvo mucha cobertura mediática y causó una revolución en el pueblo. Pero él tenia un sueño, que el lugar pudiera tener su espacio físico y no en la casa de Teresa. Durante su estadía se conmovió por los chicos que van al lugar y había prometido ayudarlos. El próximo sábado se inagura el edificio propio. Se realizará un acto especial con invitados sorpresas. No descartan la presencia de los hijos del millonario. MERENDERO TERESA LAZO. Reseña El amor no es un sentimiento superficial o palabras, es una actitud fundamental del corazón, que se manifiesta en acciones concretas, amando al otro no por palabras sino por hechos. Esto es lo que motivó a Teresa Lazo a poner en marcha su inmensa obra quince años atrás. Pero su tarea no fue producto de una ocurrencia del momento…sufrió en carne propia la pobreza Desde que la “dieron” como un objeto cuando tenía tan solo 3 meses de vida, se le marcó el destino. No tuvo infancia, no tuvo juguetes y ya a los siete años supo del trabajo duro. No había tiempo para protestar o quedarse bajo techo si llovía o hacía frío. La labor amasando la harina para el pan, juntando arena en el río, manejar un arado de mano o desgranando maíz, entre otras, debía hacerse caso contrario la agresión física era inevitable. Esa pobreza plagada de privaciones, le hicieron un corazón fuerte y sin rencores, porque hasta el día de hoy le agradece a su madre el haberle dado la vida. Su temple hace que rechace el hambre o la falta de ropa en los niños. Hoy con 70 años en sus espaldas, 9 hijos, 30 nietos y 20 bisnietos, con serios problemas de salud, causados por la diabetes e hipertensión entre otras dolencias, no han hecho mella alguna en su temple y en su lucha, pese al dolor y traumas padecidos, algunos de ellos indescriptibles. Ella eligió Campo de Mayo como su lugar, donde la pobreza que duele está a la vista. Su casa tiene las puertas abiertas y se respira alegría. Los pequeños entran y salen, todos ven a la “Nona Teresa” como el emblema del cariño y de la contención, pero también saben que si no fuera por ella, más de una vez la panza dolería por aquello que más lacera al ser humano, “el hambre”. Empezó con darles pan a un par de pibes vecinos y hoy son más de un centenar, algunos de pocos meses de vida, 5 con biberón y otros de más edad. De ellos muchos colaboran en la atención, en la noble tarea de servir y hasta han aprendido a coser para hacer ropa de cama destinada a pacientes de Pediatría y Salud Mental del Hospital . Mamaderas, tazas, platos, cucharas no faltan en la mesa. Las ollas tienen listo el mate cocido, la leche, el té y el pan o galletas, que son los más ricos del mundo, esperan por los invitados. La mesa siempre está tendida como sus manos y de quienes la ayudan. Frente a su casa hay bicicletas o carros, además de hacerlo a pie desde el barrio o lugares lejanos de la ciudad. El menú no es siempre el mismo, se las ingenia para que ese dar con amor se renueve y lo curioso, con los mismos recursos que aporta la comunidad, a título personal o a través de instituciones. A esto se le suma la entrega de ropa, útiles escolares, juguetes y todo aquello que cubra alguna carencia del pequeño. Eso sí, sobra amor y ganas de dar y darse. Todo lo que recibe Teresa lo da y hasta parece que lo multiplica. Más de una vez, hasta su magra jubilación va a parar al merendero. Hoy, después de 15 años el merendero se independizará de la casa y se trasladará un poco más allá, a un edificio comprado y remodelado con el aporte de la comunidad y de manos caritativas. La obra de Teresa perdura en el tiempo, porque no permitió que la política fuera una de sus herramientas de la caridad.

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